“Ciudad sin alma” es una serie de fotografías con una visión muy personal de esta “etapa COVID-19”. La ciudad cambió de una manera muy abrupta en marzo de 2020. Tras tres meses de confinamiento severo, vino la desescalada, salimos de nuestras casas y llegó la “nueva normalidad”. Se impuso una nueva manera de relacionarnos: hidrogel, mascarilla y distancia social sine die…y yo, al menos, necesitaba recolocarme en esta “nueva ciudad».
El proyecto nace de la necesidad de plasmar esta pérdida de identidad durante la pandemia de una forma consciente. De repente, encontré en los maniquíes el aliado perfecto. En esta serie de fotografías, los maniquíes poco a poco van perdiendo sus rasgos faciales, su identidad…En definitiva, van perdiendo su alma con el reflejo de la ciudad de Barcelona como escenario de fondo.